La neuromodulación del piso pélvico es una terapia innovadora que busca restaurar la función normal de la vejiga, el intestino y el piso pélvico mediante la modulación eléctrica suave de los nervios sacros o tibiales. Es una opción para pacientes que sufren de disfunciones pélvicas crónicas y refractarias a otras terapias.
Principales Indicaciones de la Neuromodulación del Piso Pélvico:
-Vejiga Hiperactiva (VHA) Refractaria con o sin Incontinencia de orina:
Síntomas: Urgencia urinaria frecuente e incontrolable, aumento de la frecuencia de micciones diurnas y nocturnas (nicturia), y/o incontinencia urinaria de urgencia (Pérdida involuntaria de orina asociada a una fuerte e inesperada necesidad de orinar, sin poder llegar a tiempo al baño).
Indicación: Cuando estos síntomas no mejoran significativamente con medicamentos anticolinérgicos o agonistas beta-3, o si el paciente no tolera sus efectos secundarios.
-Incontinencia Fecal o Anal Refractaria:
Síntomas: Pérdida involuntaria de heces o gases.
Indicación: En pacientes que no responden a la dieta, medicamentos antidiarreicos, o fisioterapia del piso pélvico. Es una opción clave para mejorar el control intestinal y la calidad de vida.
-Retención Urinaria No Obstructiva Crónica:
Síntomas: Dificultad o incapacidad para vaciar la vejiga por completo, sin que exista una obstrucción física (como una próstata agrandada o un estrechamiento de la uretra). Puede requerir autosondaje intermitente.
Indicación: Cuando la causa es una disfunción neurológica o de la vejiga que impide su contracción eficaz, y el paciente depende del cateterismo.
-Dolor Pélvico Crónico (en casos seleccionados):
Síntomas: Dolor persistente en la región pélvica (vejiga, perineo, genitales) que no se explica por otra causa y es refractario a los tratamientos convencionales.
Indicación: Aunque es una indicación menos común y más específica, puede considerarse en pacientes con dolor pélvico neuropático, cistitis intersticial o síndrome de dolor vesical.
¿Cómo funciona y qué implica?
La neuromodulación se realiza mediante la implantación de un pequeño dispositivo que envía impulsos eléctricos suaves a los nervios sacros que controlan la vejiga y el intestino (Neuromodulación Sacra) o mediante la estimulación del nervio tibial en el tobillo (Estimulación del Nervio Tibial Posterior).
Previo a la implantación permanente, se realiza una fase de prueba para determinar la respuesta del paciente a la terapia. Si los síntomas mejoran significativamente durante esta fase, se procede con la implantación definitiva.